Tu mente puede transformar tu cuerpo y curar todo

Tu cabeza puede editar tu cuerpo y sanarlo todo

La conexión entre tu cabeza y tu cuerpo es angosta, vigorosa y, de forma frecuente, una herramienta importante para tomar el control de tu vida y tus ambiciones. El poder del pensamiento puede afectarte de forma profunda, singularmente en lo relativo a su increíble efecto sobre tu salud

Respiración para desestresarse

De las mejores formas de aliviar tu cabeza y aliviar el cuerpo para enfocar todo en la respiración. Conque te recomiendo que te detengas un instante, tomes un reposo de tus ocupaciones y intranquilidades cotidianas para respirar.

Cerciórate de sentarte derecho para dejar que circule mucho más oxígeno por tu cuerpo. Ponga sus manos sobre su vientre y sienta que su vientre sube y baja mientras que inhala a lo largo de cinco segundos y espira a lo largo de cinco segundos. Cierra los ojos y respira lenta y intensamente. Reitera este período de inhalar y exhalar hasta el momento en que tu ritmo cardiaco vuelva a la normalidad y tu cabeza esté en paz.

El poder de la cabeza sobre el cuerpo

Esta actitud nos va a dar una gran autovaloración, comenzará a tener «fe en nosotros». En expresiones de Albert Einstein, «la cabeza es como un paracaídas… solo marcha si lo disponemos abierto». La clave es controlar tus pensamientos. Veamos, pensemos: ¿dejas que tu cerebro y tus pensamientos te dominen? ¿O preferirías emplear el poder de la cabeza para controlar tus pensamientos? Siempre y en todo momento tienes que rememorar que «los pensamientos van acompañados de manifestaciones anatómicos». Tú sabes, tú decides, pues este es exactamente entre los puntos que marca la diferencia entre la salud o la patología mental. Esta es la conocida cita de Descartes: “Pienso, entonces existo”. La verdad es que tenemos la posibilidad de imaginar todo cuanto nuestra cabeza logre imaginar, en tanto que solo usamos el 1% de nuestra aptitud mental. Varias personas aprenden a mejorar su cabeza al límite. Un óptimo espectador va a saber que un individuo enferma puede volver como estaba mucho más veloz si tiene un pensamiento positivo. Por contra, un individuo dominada por pensamientos negativos tarda considerablemente más en volver como estaba y, en ciertos casos, empeora su debilidad o estado. Como ha dicho Bob Marley: «Absolutamente nadie mucho más que tú puede dejar en libertad tu cabeza de la esclavitud». Lo comprobarás por ti si enfocas un pensamiento positivo en una región de tu cuerpo donde sientas afecciones. Debes persuadirte de que tienes el poder de tu cabeza para fomentar la curación. Te animo a aplicarlo en ti y comenzar a experimentarlo. Como ha dicho mi compañero Christiaan Barnard, «todo está en tu actitud mental». Le sugiero que intente: borre instantaneamente de su cabeza cualquier pensamiento negativo que brote, el pensamiento que crea duda, temor, culpa y arrepentimiento. Reconsidera tu cabeza con pensamientos positivos que produzcan sentimientos de confort, seguridad, entendimiento y curiosidad. En este sentido, uno de mis libros preferidos es El misterio de Rhonda Byrne, en el que te enseña precisamente muchas de estas claves. «En el momento en que liberas la continuidad impecable de lo que quieres, la ley de la atracción va a mover de manera fuerte a todas y cada una la gente, situaciones y acontecimientos a fin de que lo logres». Pensamiento positivo.

Créame, no tengo ninguna duda de que «loar»/»sugerir» tiene un encontronazo importante en el estado de salud. Este principio marcha en los dos sentidos: la gente que detallan un prominente nivel de fe, seguridad en sí mismas, que tienen la práctica de meditar, rezar, imaginar o realizar algún género de proyección mental, argumentan mejor a los tratamientos y se enferman menos. No obstante, pasa lo opuesto en personas que están bajo agobio crónico, con poca seguridad en sí mismas, fatalistas y, al fin y al cabo, que no usan su cabeza para contribuir a su cuerpo. Estas personas tienen mucho más posibilidades de enfermarse, contestar peor al régimen y tener una salud mucho más sensible. Por consiguiente, todos contribuyen al avance de mecanismos de autorregulación. Prosigamos, en este sentido, a Séneca: “acepta a los que lo procuran, si bien fracasen”.

Prueba el efecto placebo

El efecto placebo no es un piropo, no es exactamente lo mismo que meditar que me marcho a sanar, es una actitud de curación, opinar que te andas curando a ti . , en tanto que de esa forma se dejan libre calmantes naturales y se cambian los patrones neurales negativos, se disminuye la presión arterial y se activa el sistema inmunológico.

«El misterio de la buena salud es que el cuerpo se mueva y la cabeza duerma bien.»