En el hospital acostumbran a sugerir lavarse con algún género de jabón antiséptico o un jabón vaginal particular y para curarse, varias personas no aconsejan ofrecer nada y ciertas aconsejan mercromina roja. No empleo ninguna de estas cosas en el hogar, si bien mercromin semeja ser útil en otras ocasiones que describo en esta publicación. El día de hoy voy a comunicar contigo la manera mucho más natural de sanar un desgarro o una episiotomía. Antes de nada, debo decir que el desgarro siempre y en todo momento es preferible que la episiotomía, si bien esto lo ampliaré en otro articulo, mucho más adelante. Asimismo hablo de la episiotomía pues muchas mujeres que son dadas de alta del hospital tardan días en ir a conocer a la partera y me preguntan de qué manera curarles la vagina y la vulva. Es esencial comprender ciertas cosas sobre uno de nuestros órganos mucho más apreciados (la parte por la que todos y cada uno de los humanos debemos pasar para ofrecer a luz). La vagina es un canal muscular y mucoso que resguarda al útero de infecciones mediante distintas defensas, como el pelo púbico (que tantas mujeres depilan), el pH o los microorganismos que están de manera equilibrada. En el momento en que nos lavamos la vagina con elementos químicos, nos encontramos mudando ese equilibrio y por lo tanto el pH, la vagina reconoce un agente extraño y se resguarda. Las duchas vaginales son una práctica común extendida, en torno a una tercer parte de las mujeres lo hacen, más allá de que no se aconseja. La vagina no es un órgano que necesite ser pulimentado o limpiado para eliminar la mugre, es un órgano bastante con su mucosidad, su fragancia, su pelo, su forma…, comprimida..). Mencionado lo anterior, hay que cuidarla con amor y respeto con lo que logró, para abrirse a tener un bebé. La primera cosa que hay que realizar es sostenerla lo mucho más seca viable, esto es, al aire libre, sin taparla con ropa ajustada, pantalones, compresas no transpirables… Es atrayente que todos y cada uno de los días se logre meter la vagina. al sol, en una región de la vivienda donde le entre la luz del sol, tumbarse sobre el hollín a fin de que no se manche y abrir la ventana lo justo a fin de que un rayo de luz dé en la herida. Lo siguiente es lavar la vagina solo con agua y secarla con una toalla limpia de algodón que le dé un tacto despacio, sin tirones.
En los partos domiciliarios que atiendo, utilizo un polvo hecho a partir de una mezcla de yerbas, pero a fin de que te sea mucho más simple puedes usar el próximo antídoto: sobre la compresa que te marchas a poner. unas bragas de algodón (asimismo de compresión cien% algodón, poner unas gasas absolutamente abiertas sobre la compresa, poner un hilo abultado de miel de calidad (no miel tratada de autoservicio, mejor de cosechadora) y espolvorear arcilla verde por arriba), una cucharada de esto. Deberás mudar el fármaco múltiples ocasiones cada día. Pero es un fármaco económico y muy efectivo.
¿De qué forma calmar las afecciones del roce perineal?
Y todo ese roce perinatal que implica, si bien sea el mucho más mínimo, hay que meditar en las afecciones y las medidas primordiales para sobrepasar esta complicación de la violación del parto natural.La primera cosa que hay que tomar en consideración es que hay que cuidarse. de la herida, para eludir infecciones o rotura de los puntos, de la próxima forma:
¿De qué forma proteger una herida abierta?
Si se suelta tu mascota por la parte del veterinario y si has recibido normas concretas para su precaución en el hogar. Tienes que continuar ciertos avisos:
Centro Médico Centro Palacios, Salud y Medicina de la Mujer
¿Qué son las grietas vulvares?
Las grietas vulvares son grietas aproximadamente profundas que se generan en la semimucosa o piel de la vulva.
Sobre el creador
Lisa Hickman, MD se graduó de la Capacitad de Medicina de la Facultad Estatal de Ohio. Completó su vivienda en obstetricia y ginecología en la Clínica Cleveland y hoy día es becaria en Uroginecología y Cirugía Reconstructiva Pélvica en la Clínica Cleveland. Ella está especialmente interesada en el encontronazo del parto en el suelo pélvico.
