Mi pareja no acepta a mi hijo
En el momento en que nos casamos, nuestra pareja ha de ser la prioridad. En el momento en que lleguen los hijos, nuestra prioridad debe proseguir siendo nuestra pareja pues la iniciativa es que en el momento en que se vayan acabemos la vida juntos.
Pero, ¿qué ocurre en el momento en que ahora tengo una segunda relación, por situaciones de la vida – viudedad, divorcio o monoparentalidad, y además de esto tengo hijos de la primera relación? ¿Y si esta pareja no desea admitir a mis hijos?
Mi pareja no admite a mis hijos, ¿qué hago?
Si todo cambia como hasta la actualidad, la mayor parte de las familias tienen la posibilidad de ser de nuevo familias en unos años. O sea, familias formadas por parejas donde cuando menos entre los 2 da a luz hijos de una relación previo. Y sucede que, si bien hace unos años la separación y el divorcio se consideraban un fracaso, en este momento comprendemos que fracaso es pasar la vida con alguien que no nos hace contentos. Y si antes creíamos que el divorcio era amenazante para nuestros hijos y también hijas, en este momento entendemos que puede ser bastante peor si medran en un ambiente de enfrentamiento y también infelicidad.
En consecuencia, desde alguna edad es mucho más posible que una exclusiva pareja tenga hijos de su relación previo. En el artículo de Psicología-En línea vamos a hablar de qué llevar a cabo si tu novedosa pareja no admite a tus hijos. ¿Es el desenlace de la relación? ¿Tienes alguna solución? ¡Veremos!
Quien te quiere, quiere a tu hijo
Quien te quiere y desea estar en tu vida debe querer asimismo a tu hijo. Precisa admitir que él es tu prioridad en la vida y que precisará tu atención y asistencia permanentes. Da igual cuándo te necesite, vas a estar ahí para él. Siempre y cuando necesite tu protección, amor o seguridad, vas a estar a su lado, tenga 5, 15, 25 años o mucho más. Una madre es para toda la existencia.
Si esa persona te desea enserio y tú te deseas, jamás escogerá entre tu hijo o él o ella. No por 5 minutos. Debes comprender que visto que reconstruyas tu vida no quiere decir que renuncies a determinadas cosas y bastante menos que rechaces a tu hijo, ¡eso jamás va a suceder! Si enserio te desea y te respeta, deseará comunicar su tiempo con tu hijo asimismo, el pequeño siempre y en todo momento va a estar en tus proyectos por el hecho de que asimismo va a ser una prioridad para tu pareja.
Impide las comparaciones con el padre o la madre
Como mencionamos, no nos encontramos aquí para reemplazar a absolutamente nadie y, por consiguiente, no debemos cotejarnos. Cada uno de ellos es único y tiene un papel diferente.
Lo destacado es comenzar la relación de a poco. Alojarse en un espacio neutral que al niño o pequeña le agrade pasar un largo tiempo puede ser una aceptable decisión. Hablamos de hacer más simple la adaptación de los mucho más pequeños y, por qué razón no, asimismo de los mayores.
«Te va a mudar la vida.» Desde que una pareja comunica que está aguardando un bebé, familiares y amigos repiten esta oración constantemente. Indudablemente, si hay un hijo -especialmente si es el primero- piensa un cambio colosal en las prácticas y hábitos de vida y a nivel psicológico, en tanto que está marcado por «ritos de paso», o sea, seis cambios de vida. . Papel: debemos pasar de ser pequeños a solo ser progenitores. Nuestras esperanzas de lo que va a ser la paternidad están evolucionando en función de, entre otras muchas cosas, nuestras vivencias, las vivencias de vinculación que tuvimos en nuestra niñez y los modelos de crianza que observamos en nuestro ambiente inmediato. Si ahora poseemos hijos, el papel de progenitores está predeterminado y nuestras esperanzas van a estar fundamentadas en nuestra experiencia anterior. Por este motivo nuestro entendimiento crea ocasiones mentales que nos facilitarán la adaptación a nuestra “novedosa vida”, esto es, nos convencemos de que lo poseemos todo (aproximadamente) bajo control.
Pero, ¿qué ocurre en el momento en que la verdad de nuestro hijo no está acorde con la expectativa que habíamos desarrollado?
En la solicitud de psiquiatría de mayores escucho de manera frecuente oraciones como la que encabeza este artículo. Absolutamente nadie nos prepara (si eso es viable) para oír que “algo no anda bien con el bebé”. El diagnóstico frecuenta producir una situación de crisis, entendida como un cambio profundo que empieza un desarrollo evolutivo. Adónde nos lleve ese desarrollo como individuos, como familia y como pareja es dependiente de una secuencia de componentes. (Alarma de spoiler: no siempre nos hace peor, pero como todo desarrollo de adaptación, tiene sus «avatares»).