Mi marido ve fotos de otras mujeres
Bastante gente, en los últimos tiempos, tienen inconvenientes de depresión y autovaloración. Incrementan los enfrentamientos en la vivienda y incrementan las parejas en crisis. Larepublicacheca.cat desea ofrecerte la posibilidad de hallar herramientas que te dejen recobrar el control de tu vida. El día de hoy seguimos con la sección donde Juan Fco. Martín, terapeuta y directivo de Terapia Familiar Integral, y sus navegantes son los personajes principales. Si andas entusiasmado en dejarnos una solicitud, no tengas dudas en hacérnosla llegar por medio de Fb, Instagram o mediante tfi.terapiafamiliarintegral@gmail.com.
Julia y Marc están preocupados por el hecho de que piensan que están abandonando a sus hijos a lo largo del verano y después en el mes de septiembre hay inconvenientes en el hogar Hola Juan. Les escribo por el hecho de que ahora comienza el verano y siempre y en todo momento estoy preocupada por no pasar tiempo con mis hijos, lo cierto es que tengo ganas de abandonarlos. Tengo una pequeña de 7 años y un niño de diez años, ellos pasan un buen tiempo sin nosotros, ciertas mañanas van a ocupaciones y en la tarde con sus abuelos pues tienen alberca. Los 2 nos encontramos haciendo un trabajo. Entonces comienza septiembre y vienen los inconvenientes. ¿Qué tenemos la posibilidad de realizar? Julia y Marc
Mi marido ve fotografías de otras mujeres.
Es natural que los hombres miren seductoramente cualquier fotografía de una mujer que se cruza con sus ojos, primero intentando encontrar misterios para contemplar y después despertar, según el estudio, pues con eso se logra buen tiempo de descarga. es mucho más que bastante.
Además de esto, frecuentemente no se tienen presente las secuelas, con lo que el hombre es un individuo visual, y su naturaleza está dada a fin de que si ve a una mujer interesante, sus ojos se dirijan hacia él, sin precisar para cautivarla o flirtear con ella. , solo para ver.
¿Por qué razón mi marido no desea tener sexo?
Ana vino a la primera cita de terapia sexual diciéndome: «Mi marido no desea tener sexo. Evite el contacto sexual y ponga disculpas. Me siento fallido, herido y rechazado. Pienso que me engaña o por el momento no le gusto»
La situacion de Ana no es apartado. Muchas mujeres me escriben por esta razón. La sociedad nos vendió la iniciativa de que los hombres siempre y en todo momento piensan en sexo. De ahí que, en el momento en que nuestra pareja no desea tener relaciones íntimas, interpretamos esta situación como anormal. En verdad, hemos desarrollado un foro de discusión bajo este producto para comunicar vivencias y no sentirse solo.
Comienza a concentrarte en tus defectos
En el momento en que un hombre que en algún momento te daría el planeta empieza a menospreciarte, algo anda mal. Un individuo que no hace nada bueno apunta las acciones que está tomando y te culpa a ti. Si las especificaciones imperfectas estaban allí en el momento en que han comenzado a salir, él solo trata de hacerte a un lado. Un cónyuge infiel proseguirá señalando estas deficiencias a fin de que prosigas dudando de ti, a sabiendas de que no te vas a estar preguntando si te está engañando, sino te concentrarás en mudarte a ti. Si prosigue menospreciándote por cosas que no precisas mudar de ti, podría estar engañándote.
En el momento en que una pareja se conoce por vez primera, son indivisibles. Hacen prácticamente todo juntos. Pero tras estar juntos por un tiempo, el periodo se regresa cada vez menos, pero no cesa completamente. Un día entero puede reducirse a unas escasas horas, pero debe existir una razón. El trabajo o los pasatiempos tienen la posibilidad de lograr que reduzcas el tiempo que pasas con tu pareja. Si nada de lo previo está ocasionando se corte el tiempo y no puedes corroborar dónde andas a lo largo de estos momentos de inmovilidad, posiblemente te estés acostando con otra mujer.
La solución: «Baja la mirada»
En nuestro libro Mucho más control y poder sexual describimos el procedimiento clásico mucho más útil para batallar los efectos del «voyeurismo popular».
Se apoya en eludir el ineludible desgaste del juego de exhibición – el voyeurismo, a través del pudor y la discreción.